A Mariana, Layssa y Jaime.:.
Cada familia tiene sus rasgos y características que la hacen especial y distinta a otra que tengan al lado.
Desde pequeña he tenido la oportunidad de conocer a mi familia de maneras supongo son "familiares" a muchas personas. Relatos, viajes e historias fantásticas aparecen y vienen a mi memoria cada vez que pienso en alguno de esos personajes que por azares del destino comparte conmigo aquel código genético llegado del viejo mundo y re-mezclado en varias ocasiones con otros tantos ácidos desoxirribonucleicos que nos han hecho tan particulares.
Desde hace un par de semanas me he re-encontrado con algunos de aquellos que no veía desde hace más de diez o quince años. Trabajo, distintos lugares e intereses nos distrajeron un poco., y digo un poco porque creo que todos pensamos al menos una vez en llamarnos, o en como estaríamos... El estar con mis primos en particular, me ha puesto a pensar mucho en los abuelos y en los papás (o tíos) que ya no andan por estos rumbos echando relajo con nosotros, (digo con nosotros, pues seguramente ellos la siguen pasando muy bien en donde están). Recordarlos creo, es re-encontrar nuestros lazos y sentirnos más cercanos que nunca.
Hace un par de días alguien me dijo que le gustaría conocer a mi familia que le parecía que por mi forma de ser, ellos también tendrían algo interesante o divertido por contar. (Seguramente no pensó bien en lo que decía) Pero creo que sí, más allá de las distancias generacionales, las experiencias y los parecidos físicos entre nosotros, nuestro ADN mutó alguno de sus genes en una característica que no todas las personas lo tienen. Ese es el sentido del humor, el burlarnos de la vida, el "con todo y todo" disfrutar de ella hasta en los momentos más tristes.
Me siento feliz, de que esos (u otros)azares me hayan dejado con tanto loco que sabe (o inventa) lo que es disfrutar del estar vivo.
