Y de pronto... escuche… las voces estaban ahí, también las imágenes…
Solo que para mi eran de un color violeta, sabor violeta como el de los chicles, ese color violeta que opaco mi visión. El sonido dejo de ser violeta con voz tierna y abrazos carnales.
Se tiño de rojo, rojo oscuro…Rojo olor a hierro, sabor de hierro rojo en cuchara de metal.
La realidad de golpe, las voces reunidas en un solo grito...Y todas juntas las escuche, las olí, las sentí… Yo tengo la verdad conmigo, ¿tú?
...Tú, no se que tengas...
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